No cabe duda de que la crisis del sector agroalimentario derivada de la reciente pandemia que hemos pasado, ha obligado a muchas empresas a reinventarse, acercándose aún más a sus potenciales clientes y adaptándose a un nuevo paradigma de consumo, basado en un entorno cada vez más digitalizado y competitivo.
Es innegable que la forma de consumir ha cambiado muchísimo con respecto a unos años atrás y, por ende, también ha cambiado la manera de trabajar de los diferentes canales de distribución. Las ventas han crecido, sobre todo, en los comercios de proximidad, siendo los productos a granel los artículos más consumidos dentro del sector agroalimentario.
Muchas de las grandes empresas del sector como Primaflor, aseguran que la transformación digital ha sido la clave para muchas empresas del sector para que producción, planificación y distribución de productos hortofrutícolas se hayan equilibrado con las necesidades de los clientes.
Un sector marcado por lo tradicional
El sector hortofrutícola, marcado por una gran tradicionalidad, no sólo en sus procesos, sino también en su gestión, es uno de los que más ha tardado en iniciar su proceso de digitalización y automatización. Sin embargo, gran parte de las empresas que, hoy en día, son competitivas en el mercado, ya trabajan con herramientas y software de última generación.
Este sector, no está solo marcado por la tradición, sino que también se trata de uno de los sectores más maduros y atomizados, con lo que ello conlleva: poca diferenciación, gran importancia de las economías de escala, rentabilidades ajustadas y con una gran amenaza como la globalización, que aumenta la competencia internacional.
Pese a este panorama, el sector hortofrutícola goza de buena “salud” en España y, de hecho, durante los últimos siete años, las exportaciones han crecido notablemente, siendo los cítricos los productos más exportados.
La trazabilidad, un proceso fundamental para las empresas hortofrutícolas
En Unidata sabemos que una empresa hortofrutícola se enfrenta, diariamente, a procesos de gestión complejos y largos, como el seguimiento de tratamientos, trabajos de campo, recolección, almacenaje, comercialización (que implica facturas, albaranes, etcétera) y que, además, estos procesos se sustentan sobre normativas y leyes muy estrictas que se deben cumplir.
Ya sabemos que la tendencia actual es que los consumidores se vuelvan más exigentes con los productos que consumen y, en un sector tan delicado como el hortofrutícola, es muy importante que el cliente pueda conocer el origen y recorrido de aquello que consume. Por eso, hoy en día, todo esto debe reflejarse de manera obligatoria en la trazabilidad de cada uno de los productos que se ponen al alcance de los consumidores.
¿Cómo definimos el concepto de trazabilidad? Es, básicamente, el proceso que identifica la composición y procedencia de un producto hortofrutícola, además de los diferentes procesos por los que éste ha pasado y el lugar donde, finalmente, se comercializa.
Y, ¿cómo se puede gestionar la trazabilidad de este tipo de productos de forma eficiente y, sobre todo, LEGAL? Muy sencillo: con las herramientas adecuadas y especializadas para tal fin.
Pese a tener números relativamente buenos y contar con un mercado grande y desarrollado en nuestro país, el sector se enfrenta a un duro proceso de varias fases, para aumentar su competitividad ante el feroz volumen de mercadería que se exporta desde otros países al nuestro.
Seguramente, ahora mismo, te preguntarás: ¿qué están haciendo las empresas del sector para mejorar su competitividad? Bien, en las próximas líneas, te lo contamos.
Tipos de trazabilidad hortofrutícola
Antes de hablar sobre la mejor opción para gestionar los procesos de trazabilidad en empresas hortofrutícolas, es importante determinar los diferentes tipos de trazabilidad que podemos encontrar en el sector:
- Trazabilidad ascendente:
Es la trazabilidad que indica el origen: finca de producción a la que pertenece, fitosanitarios aplicados, maquinaria y empleados que han intervenido, etc.
- Trazabilidad de procesos o interna:
Se trata al tipo de trazabilidad que engloba todas las variables y procesos que afectan directamente a la transformación de un producto: envasado, manipulación, conservación, paletización, etc.
- Trazabilidad descendente:
Relacionada directamente con el destino, engloba todas las acciones relacionadas con el transporte: números de lote, fecha de salida de los almacenes, número de cajas y kilos transportados, direcciones de los clientes finales, estado de la mercancía a su llegada, etc.
Ahora que ya conoces los tipos de trazabilidad de la industria hortofrutícola, ¿Sabes cómo elaborar un plan de trazabilidad correcto? Te lo contamos a continuación.
¿Cómo elaborar el plan de trazabilidad de una empresa hortofrutícola?
Cada empresa implicada en el proceso de obtención, transformación, transporte y venta de productos hortofrutícolas debe consignar la información concreta de su actividad, según el Reglamento 178/2002.
Las bases para elaborar un plan de trazabilidad adaptado a este sector son sencillas, pero cada una requiere una serie de procesos que deben llevarse a cabo sin excepción:
- Identificación del producto: número de lote.
- Datos del producto: materia prima, cómo se ha manipulado, transportado y envasado, cuál es su origen y su destino, registro de fechas de origen y llegada, registro de controles realizados, etc.
- Relación entre la identidad del producto (número de lote) y los procesos de seguimiento que ha recibido. No puede haber dudas sobre qué pasos y procesos ha seguido cada lote.
Herramientas fundamentales para controlar la trazabilidad de las empresas hortofrutícolas
Como bien sabemos, el sector hortofrutícola, por lo general, trabaja con márgenes muy reducidos. Por eso, es muy importante la eficiencia que se le otorgue al negocio. Dada la tendencia hacia una mayor integración en todos los eslabones de la cadena de valor, es un momento clave para empezar a trabajar en mejoras para la eficiencia, que impliquen:
- Control de gestión:
Como ya se ha comentado, es importante que la gestión del negocio se elabore de forma centralizada, mediante sistemas de costes de los que se pueda extraer e interpretar información de valor. Un buen ERP (programa de gestión) especializado para el sector, puede permitir este conocimiento exhaustivo del negocio, así como un seguimiento de los costes en toda la cadena de suministro, etc.
- Nuevos mercados y canales:
El tamaño es uno de los principales factores diferenciales del sector, por eso, las mayores empresas van asociadas a un mayor tamaño, por las economías de escala. Un crecimiento bien planificado, ordenado y basado en una estrategia hacia nuevos mercados y canales será vital para garantizar la continuidad del negocio en el mercado. Para ello, es importante contar con buenos equipos comerciales y, además, con una herramienta de gestión de clientes (CRM) apropiada para detectar en todo momento nuevas oportunidades.
- Servicios de valor:
Una mayor integración en la cadena, como hemos comentado anteriormente, afectará también a la relación entre el comercializador del producto y el distribuidor, que se traducirá en un mejor servicio y producto para el cliente final. Para ello, es importante trabajar en una imagen de marca sólida, basada en la transparencia (esa transparencia que sólo una trazabilidad impecable puede dar a tus productos).
Ahora que ya sabes lo básico para que el proceso de trazabilidad de tu empresa hortofrutícola esté bien gestionado y genere confianza en tus clientes, te planteamos la siguiente duda:
¿Sabes si tu empresa hortofrutícola está en un nivel óptimo de madurez digital? Si no eres capaz de dar respuesta a esta cuestión, te recomendamos descargarte nuestro manual: “La transformación digital: la clave del futuro para el sector hortofrutícola español”.